El litoral sur de Castellón: de Oropesa del Mar a Almenara
Playas de blancas arenas hace de antesala de Oropesa del Mar. Las estrechas y empinadas calles de origen medieval llevan a las ruinas de las murallas y del castillo. Hacia el sur, la costa se vuelve agreste y los acantilados se suceden para suavizarse en recoletas playas. Detrás, está el silencio acogedor del Desert de Les Palmes. Aquí la palabra desierto tiene una acepción singular. Los Carmelitas Descalzos denominaron así a los lugares apartados que elegían como retiro, para dedicarse a la contemplación y la oración. Las doloridas ruinas del primitivo monasterio se han convertido en uno de los lugares más encantadores y poéticos de estas tierras. En esta serranía de litoral paralela a la costa, hoy Parque Natural, existen dos castillos de origen musulmán en ruinas y hasta un total de 13 ermitas repartidas alrededor del convento.
Benicàssim es la Biarritz del Mediterráneo. En el Paseo Bernat Artola se alzan las mansiones que llaman la Corte Celestial, una visión inesperada e insólita la de estas hermosas residencias levantadas a finales del siglo XIX frente a las doradas playas de la población.
En Castellón de la Plana, la capital de esta provincia, las atarazanas del Grao, el antiguo cobertizo de mercancías, es uno de los espacios que forman parte del proceso de apertura de la ciudad. Pero quizá el escenario singular y centro de la vida ciudadana es la Plaza Mayor en la que se yergue el Fadrí, la torre campanario que proyecta su alargada sombra de 58 metros sobre el vibrante mercado. Sus once campanas marcan el tiempo de la ciudad.
Almassora se asoma tímida al río Mijares recordando para siempre el origen árabe, que bien alas claras proclama su nombre. Siguendo la corriente del río está el entrañable Azud donde cada año se remansa agua para dar cobijo a un sin fin de aves acuáticas. La Vila-Real fue fundada por el creador del reino de Valencia, Jaume I. Su larga historia medieval ha quedado un tanto escondida por su pujanza económica en la que el cultivo de la naranja ha cambiado completamente el aspecto de estas tierras. Después, sin dejar la citricultura, se crean empresas de cerámica, una industria que ha creado algunas de las empresas líderes en el mundo. Azulejos y naranjas llenan de éxito la vida de esta zona castellonense.
En la antigua villa de Burriana destaca su iglesia, muestra del primer gótico valenciano, y el dinámico puerto pesquero. Pasado Alquerías del Niño Perdido se llega a Mascarell, una partida de Nules, con sus murallas de tapial y sus cuatro torres almenadas rodeadas de naranjales. Nules conserva los restos de un castillo árabe y en la playa, la torre cuadrangular del faro parece un almenar cubista. En Moncofa la tierra le roba su espacio al mar, en ese lugar imposible descansa el pueblo, como buscando la belleza entre lo eterno y lo perecedero.
La estratégica situación geográfica de la Vall d'Uixó, al pie de las últimas estribaciones de la sierra de Espadán, ha permitido que recibiera a casi todos los visitantes históricos. Por el aldeaño poblado de San José, como si de una aventura de Julio Verne se tratara, todo invita a un viaje por el centro de la tierra para explorar las aguas ocultas del río subterráneo navegable más lardo de Europa. Pasado Xilxes, un destino turístico en alza por la calidad de sus playas, el mar de la provincia de Castellón se acaba a la vista de Almenara, un territorio repleto de historia que se recuerda en su centro histórico y en el inaccesible castillo que aún vigila la villa desde su privilegiada ubicación.
En este tramo de costa encontrarás los siguientes puertos deportivos:
- Oropesa del Mar: Puerto deportivo de Oropesa del Mar
- Castellón: Marina Port Castelló
- Burriana: Marina Burriananova
Más información turística sobre la náutica en la provincia de Castellón: www.turismodecastellon.com
Adaptación del texto: Desafío en el Mare Nostrum: viaje por los escenarios náuticos de la Comunitat Valenciana (Generalitat Valenciana. Conselleria de Turismo).